18.07.2006
Cloro en piscinas provoca daños a niños
Mezcla de cloro con orina, sudor y
saliva generan
gas contaminante
El profesor de la
Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) Alfred Bernard,
autor de un conocido
informe sobre los daños provocados por el cloro en niños
que practican la
natación desde muy pequeños, dijo hoy a EFE que la
higiene y la ventilación en
las piscinas reducen drásticamente esos riesgos.
Bernard es responsable de varios estudios que revelan las lesiones en
el
sistema respiratorio que las piscinas cubiertas pueden provocar en los
niños y
especialmente en los bebés.
La publicación, "alarmista y sin precisiones", de los resultados
de
estos estudios en algunos medios ha perjudicado a centros de
"matronatación" que sí respetan las condiciones de
higiene
recomendadas por el experto, según comentó a EFE la
creadora de esta técnica de
natación para bebés, la argentina Patricia Cirigliano.
El científico belga insistió en que el mayor peligro es
la tricloramina, un gas
contaminante producido por la mezcla del cloro con sustancias
orgánicas, como
la orina, el sudor y la saliva.
Para minimizar su impacto, hacen falta "estrictas condiciones de
higiene,
una ducha antes de entrar en la piscina y evitar la presencia de orina
en el
agua", así como renovar el aire entre 6 y 8 veces la hora para
garantizar
su óptima calidad, según Bernard.
El problema es que "pocas piscinas respetan esas condiciones
básicas y que
no se suele evaluar su calidad, lo que impide identificar su grado de
seguridad".
Por ello, los padres tienen una gran responsabilidad a la hora de
elegir la
piscina a la que llevan a sus hijos, y deben "evitar aquellas donde
existe
un fuerte olor a cloro, señal de falta de ventilación",
añadió.
Asimismo, advirtió del exceso de cloro en el agua, producto muy
nocivo para los
niños que lo ingieren involuntariamente.
Según Bernard, equipar las piscinas con los medios necesarios y
ventilar con
frecuencia resulta muy caro, razón por la que la mayoría
incumple esas normas.
Para el científico, no es
recomendable llevar a las piscinas a niños de menos de 6
ó 7 años, dado que
antes de esa edad "no aprenden de verdad a nadar", sino que se
limitan a disfrutar del agua, por lo que hacerlo supone sólo
"adelantar el
momento de la exposición al riesgo".
"Si creemos que existen
productos tóxicos,
hay que reducir la exposición. La prudencia es necesaria. Se
impone la
prevención", añadió.
El experto se refirió además a las alternativas que
existen al cloro, como la
ionización cobre plata, un método de desinfección
cada vez más extendido que, a
su juicio, es el mejor para garantizar la calidad del agua.
Otras posibilidades son los sistemas basados en el gas ozono o los
productos que
liberan oxígeno activo, explicó.
Por su parte, la responsable en Argentina de la "matronatación",
red
también presente en otros países como España,
lamentó que pocas piscinas
cumplan las condiciones necesarias para garantizar la inocuidad.
Cirigliano aseguró que en su centro existe una higiene estricta,
un control
exhaustivo de la calidad del agua y una ventilación frecuente
que evita los
riesgos.
Bernard, uno de los máximos responsables de la Fundación
Nacional para la
Investigación Científica en Bélgica,
publicó el pasado enero un estudio,
llevado a cabo entre 2002 y 2006, en el que participaron 341
niños belgas de
entre 8 y 12 años, de los que 41 fueron iniciados en la
natación antes de
cumplir los dos años.
Según
el estudio, diez años después de comenzar con la
natación, esos 41 niños
presentaban problemas de permeabilidad pulmonar, como lesiones
celulares o
pérdidas de un 20 por ciento de sus células bronquiales,
también conocidas como
"de Clara", que neutralizan la entrada en los pulmones de cualquier
sustancia dañina.
Fuente:
EFE 18.07.2006
|